El estado es el encargado de regular la conducta humana de los habitantes que le corresponden, esto lo hacen con penalizaciones a malas conductas para mantener el orden.
El papel sustancial del Estado en la sociedad
actual es el de asegurar la obtención de los beneficios de las empresas,
permitiendo la acumulación de capital por parte de unas pocas personas (en
comparación a la gran masa trabajadora) y el conservarlo privadamente con
tranquilidad.
El Estado debe asegurar las condiciones para
que exista un crecimiento económico suficiente para lograr este objetivo. En
términos generales, en la distribución de competencias e incumbencias
corresponde asignar al Estado la responsabilidad primaria en el
establecimiento. A esto se refieren los economistas actuales con la expresión
“crear un ambiente de negocios”, un entorno social e institucional que
favorezca la existencia de excedentes y les posibilite su retención en manos
privadas.
La
intervención del Estado ha crecido a lo largo de la historia del capitalismo
por la necesidad de favorecer la reproducción de un sistema cada vez más
complejo, regulando múltiples esferas de actividad en cuanto ellas fueran
claves para el proceso de acumulación de capital es decir el estado es el
principal regulador de sus propias actividades.